LOS TESOROS GEOLOGICOS DE JUANA KOSLAY (sujeto a revisión)
Héctor Luis Lacreu (27-12-19)
Los Tesoros Geológicos de Juana Koslay son un conjunto de
geositios, cuyas rocas conservan registros de los acontecimientos de una
historia que comenzó hace unos 500 millones de años (Ma) atrás. Desde entonces
y bajo diferentes climas, hubo una sucesión de etapas con una alternancia de
procesos de hundimiento y elevación de terrenos, y de su consecuente erosión.
Una de esas etapas, ocurrió hace unos 12 Ma cuando se elevaron las sierras de
San Luis al norte de Juana Koslay, quedando el extremo sur en forma de una
punta, que desaparece bajo sedimentos más nuevos.
Este relato se construyó con la información histórica que
contienen las rocas del paisaje. Por esta razón, constituyen un patrimonio
natural con un valor equivalente a los antiguos documentos, mapas, obras de
arte y utensilios elaborados por el hombre. Así como conservamos y atesoramos
los registros relevantes producidos por la humanidad, deberíamos conservar y
valorar las rocas debido a que son los únicos elementos que permiten
reconstruir la historia geológica de una región. En efecto ello es posible
gracias a que poseen marcas, signos y señales, que permiten interpretar tanto de
los sucesos naturales del pasado, como la secuencia en que ellos ocurrieron.
Los geositios constituyen un patrimonio cultural porque el
conocimiento de la historia de los procesos geológicos, son el fundamento
imprescindible para entender tanto el origen de la actual distribución de los
recursos naturales, como de las amenazas geológicas que podrían afectarnos. Se
trata de informaciones clave para pronosticar las consecuencias, positivas y
negativas de las intervenciones humanas que interfieren en el funcionamiento de
los procesos naturales.
Por otra parte, es necesario preservar los tesoros geológicos
para que los ciudadanos y las ciudadanas puedan visitar los Geositios por placer,
por mera curiosidad, y/o como parte de un proceso de alfabetización científica
sobre el funcionamiento de la naturaleza. En ellos, los alumnos y las alumnas podrán
realizar investigaciones escolares que se propongan reconstruir la historia
geológica del paisaje que habitan y desarrollar estrategias para su cuidado.
El Tesoro Geológico mas interesante, que condensa una historia de 500 millones de años, es el "Salto de la Salamanca", que se ubica al sur de la Sierra de San Luis (Lat: 33°16'42.80"S - Long: 66°13'56.26"O), en la localidad de Juana Koslay, ubicada a 12 km al oeste de la ciudad de San Luis.
El Tesoro Geológico mas interesante, que condensa una historia de 500 millones de años, es el "Salto de la Salamanca", que se ubica al sur de la Sierra de San Luis (Lat: 33°16'42.80"S - Long: 66°13'56.26"O), en la localidad de Juana Koslay, ubicada a 12 km al oeste de la ciudad de San Luis.
LA OTRA HISTORIA, NUNCA
CONTADA
Período 1: Restos de
una cordillera ausente (500 - 100 Millones de años). Las rocas más antiguas que
encontramos en el sur de la Sierra de San Luis, tanto en Juana Koslay, como en
El Volcán y Potrero de Los Funes (rocas metamórficas y graníticas) nos permiten
relatar una posible versión del origen y evolución de la sierra de San Luis. En
efecto, podemos afirmar que hace unos 500 millones de años (Ma) en esta región
hubo una cordillera parecida a la de los Andes y ello se fundamenta en tres
datos claves: El primero es que la mencionada edad de los granitos fue
calculada mediante
estudios químicos. El segundo es que los granitos siempre se forman en profundidad (10 km), por cristalización lenta de magmas. El tercer dato es que la formación de los granitos ocurre en la mayoría de los casos en las raíces de las cordilleras originadas en los márgenes convergentes de las placas litosféricas y en general está rodeado de rocas metamórficas (foto 1). Por otra parte, el hecho que podamos observar los granitos en la superficie, significa que los 10 km de rocas que los cubrían fueron eliminados por la erosión principalmente fluvial mientras las fuerzas telúricas, simultáneamente, empujaban las raíces hacia arriba. Es un proceso similar al que ocurre si en una palangana con agua colocamos un trozo de hielo del tamaño de un pan de manteca (diversas rocas de la cordillera) y por debajo le colocamos una lámina de 3 mm de telgopor (granito) que producirá un empuje ascendente. Mientras el hielo no se derrita, su masa mantendrá al telgopor hundido, pero a medida que se derrita y pierda masa (equivalente a la erosión), y el telgopor irá ascendiendo hasta aparecer en la superficie del agua.
estudios químicos. El segundo es que los granitos siempre se forman en profundidad (10 km), por cristalización lenta de magmas. El tercer dato es que la formación de los granitos ocurre en la mayoría de los casos en las raíces de las cordilleras originadas en los márgenes convergentes de las placas litosféricas y en general está rodeado de rocas metamórficas (foto 1). Por otra parte, el hecho que podamos observar los granitos en la superficie, significa que los 10 km de rocas que los cubrían fueron eliminados por la erosión principalmente fluvial mientras las fuerzas telúricas, simultáneamente, empujaban las raíces hacia arriba. Es un proceso similar al que ocurre si en una palangana con agua colocamos un trozo de hielo del tamaño de un pan de manteca (diversas rocas de la cordillera) y por debajo le colocamos una lámina de 3 mm de telgopor (granito) que producirá un empuje ascendente. Mientras el hielo no se derrita, su masa mantendrá al telgopor hundido, pero a medida que se derrita y pierda masa (equivalente a la erosión), y el telgopor irá ascendiendo hasta aparecer en la superficie del agua.
De este modo sencillo, podemos imaginar que hace unos 100
millones de años, por los efectos de la erosión, esa cordillera fue borrada de
la faz de la tierra dejando un relieve relativamente llano, con algunas
serranías, lomadas y superficies suavemente onduladas donde se podía observar
las rocas metamórficas y graníticas de lo que fueron sus raíces (foto 2). Ese
paisaje geológico, fue similar al que actualmente podemos visualizar desde la
ruta 20, entre Saladillo y Las Totoras.
Periodo 2. Las rocas
extraviadas (100 – 30 Ma)
El enigmático nombre
de este período histórico se debe a que en Juana Koslay no se conocen rocas que
nos relaten lo ocurrido entre los 100 y los 30 Ma. En este caso, debemos convivir con la
incertidumbre porque no sabemos si las rocas nunca se formaron, o si por la
acción erosiva se “perdieron” luego de formarse. Sin embargo, aunque no sepamos lo que
ocurrió, tenemos la certeza de que el tiempo no se detuvo y tenemos muy buenos registros en otras
regiones de San Luis. En efecto, se trata de Sierra de las Quijadas y de las
cumbres de la Sierra de San Luis (Pampa de la Invernada, cercana a Carolina), donde
se han encontrado basaltos, que son rocas volcánicas con una edad de 100 Ma. Estas
rocas representan la evidencia de que en esa época la vieja cordillera ya había
desaparecido y sus raíces estaban en la superficie. Por otra parte, esos
basaltos se relacionan con la ruptura del PANGEA ya que al separarse Africa de
América, se produjeron grietas muy profundas a través de las cuales surgieron magmas
provenientes del manto. Entre los 100 y 30 Ma en la Sierra de las Quijadas existe
una continuidad de registros geológicos muy interesantes que incluyen a los
dinosaurios, pero se trata de una
historia singular y su relato quedará para otra oportunidad.
Período 3. Origen de
las Sierras interiores (30 – 12 Ma)
Hace unos 30 Ma, en la
costa pacífica ya comenzaba a emerger la Cordillera de los Andes. De este modo,
se fueron elevando los sedimentos y fósiles marinos que hoy vemos en sus
cumbres. Luego, unos 20 Ma después, un nuevo impulso ascendente produce otro
levantamiento de los Andes y modifica parte del relieve en el interior del continente,
iniciándose el ascenso de unas sierras más o menos paralelas que conocemos
como sierras de: “Gigante - Quijadas”,
“San Luis” y “Comechingones”. Sin embargo, el sur de la sierra de San Luis (región
de San Roque - Juana Koslay) se mantuvo, relativamente, “tranquila” y la
superficie de las antiguas raíces cordilleranas (granitos), empezaron a cubrirse
con la acumulación fluvial de arenas, limos y gravas, en forma de capas o
estratos sedimentarios dispuestos en forma horizontal.
Estos materiales se originaron por la erosión fluvial de las
cumbres más altas de las serranías y lomadas, en un clima semiárido (cálido y
seco con lluvias temporarias de diversa intensidad). Las arenas y los limos fueron
transportados por ríos de baja velocidad hasta su sedimentación en los lugares
más bajos. Durante esa época, hubo épocas breves con humedad y altas
temperaturas que facilitaron la oxidación del hierro contenido en algunos minerales
(micas), tiñendo de colores rojizos a los sedimentos. Con el paso del tiempo,
los estratos más profundos se fueron consolidando gracias a las sales
(carbonato de calcio) y a los óxidos transportados por las aguas subterráneas. Estos
sedimentos rojizos, contienen algunas intercalaciones de colores grises compuestos
de gravas que representan sedimentos fluviales de velocidad mediana y se los puede
observar en los alrededores de la casa de gobierno y del barrio Tibiletti. También
se los encuentra en el paraje Barranca Koslay, en Potrero de los Funes y en San
Roque. Cabe señalar que el conjunto de
los estratos rojizos y las intercalaciones de grava gris, se denominan
“Formación San Roque” y se le asignó una edad de unos 12 Ma, conforme a los
fósiles hallados.
Período 4. Rejuvenecimiento de la Sierra de San Luis (12 Ma a
20.000 AP <años antes del presente>)
Un dato muy importante
es que los estratos rojizos de la Formación San Roque, en todos los
afloramientos conocidos, están inclinados hacia el sudoeste. Este rasgo es
fundamental porque indica que hace unos 12 Ma, mientras se acumulaban los
últimos sedimentos de esta Formación, hubo un rejuvenecimiento de las Sierra de
San Luis. Es decir, ocurrió un nuevo empuje convergente de las placas que, a
pesar de su lejanía, provocaron otro importante ascenso de la Sierra de San Luis
en el sector noreste de Juana Koslay. De este modo, los sectores serranos que
alcanzaron mayores alturas, fueron erosionados y se eliminaron parte de los
sedimentos rojizos, dejando en sus cumbres las rocas graníticas y metamórficas
a la vista.
Este rejuvenecimiento de la sierra, ocurrió al norte de Juana Koslay, mientras que hacia el sur permaneció un relieve suave, quedando configurado el extremo sur de la sierra en lo que luego se denominará “La Punta”.
Este rejuvenecimiento de la sierra, ocurrió al norte de Juana Koslay, mientras que hacia el sur permaneció un relieve suave, quedando configurado el extremo sur de la sierra en lo que luego se denominará “La Punta”.
Las rocas rojizas que quedaron en las partes más bajas,
permanecieron inclinadas con su parte superior disecada por la erosión, que
dejó una superficie horizontal (ver línea divisoria rojo-gris, en la Foto 3).
Cuando cesó la erosión, esa superficie fue cubierta por nuevos sedimentos fluviales
provenientes de la erosión de las rocas graníticas que habían ascendido durante
el rejuvenecimiento del paisaje. Ello comenzó a suceder hace unos 2 Ma, acumulándose
nuevos estratos horizontales de colores grisáceos, con diferentes
características según el lugar que se observe. Tal es el caso de unos sedimentos
con grandes bloques, intercalados con areniscas (Formación Las Chacras) que se pueden
observar en el sitio de Barranca Koslay ubicado sobre la autopista Santos Ortiz
(Foto 3).
Luego del denominado
“Último Máximo Glaciar” ocurrido 20.000 años atrás, comienza una época de
calentamiento global que provoca el retiro lento e intermitente de los
glaciares en todo el planeta. En Mendoza, dicho proceso se intensificó hace
unos 14.000 años, mientras predominaba un clima frío y seco. En consecuencia,
la superficie antes ocupada por los hielos quedó al descubierto con gran
cantidad de partículas muy finas, producto de la erosión glaciaria. Estos
sedimentos, fueron fácilmente erosionados por el viento que los redistribuyó al
este de la cordillera formando grandes acumulaciones de sedimentos llamados “loess”,
que nivelaron el relieve de la hoy denominada “pampa húmeda”.
En efecto, dichos loess
se depositaron en mantos de colores pardo amarillentos, compuestos por arenas
muy finas poco consolidadas, que en San Luis rellenaron la mayoría de los
valles fluviales generando fondos planos y suavizaron el paisaje. También se
niveló el relieve cercano a los piedemontes, como es el caso de las llanuras ubicadas
desde Las Chacras hasta el campo de Golf de San Luis, en el predio del vivero
IMPROFOP y en los terrenos sobre los cuales se construyó el Barrio Dupuy, en
cuyo límite norte existen unas barrancas en el borde de la Ruta 20, con
exposición de estos sedimentos loésicos.
Finalmente, en los niveles superficiales de los mantos de loess se observa el desarrollo de antiguos suelos (paleosuelos) y depósitos de pantanos (palustres), los cuales son indicativos de un clima templado húmedo con estaciones frías que habría predominado hace unos 6.000 años atrás.
Finalmente, en los niveles superficiales de los mantos de loess se observa el desarrollo de antiguos suelos (paleosuelos) y depósitos de pantanos (palustres), los cuales son indicativos de un clima templado húmedo con estaciones frías que habría predominado hace unos 6.000 años atrás.
Estos sedimentos palustres se encuentran cubriendo los
niveles superiores del loess y se los puede localizar frente al balneario de EL
VOLCÁN, en inmediaciones del complejo gubernamental de Terrazas del Portezuelo
y en el Barrio Punta de los Venados (Foto 4).
EL GRAN TESORO: “EL SALTO DE LA SALAMANCA”
En San Roque, a unos
400 metros de su capilla, se encuentra el llamado Salto de la Salamanca (Foto 5). Se
trata de una pequeña cascada en el cauce del río Chorrillos, en cuyas
adyacencias se distribuye un conjunto de rocas que permiten reconstruir
didácticamente la historia geológica del paisaje de Juana Koslay. ( Lat:
33°16'42.80"S, Long:
66°13'56.26"O)
Allí, el cauce atraviesa una roca granítica, al oeste de la cual hubo rocas sedimentarias que se erosionaron mucho más rápido que las graníticas. Ese tipo de rocas, se conservan en las barrancas del valle del río y allí se puede ver a transición entre todas las rocas. En efecto, se pueden observar diferentes rocas graníticas de diferentes edades, todas más antiguas de 300 Ma. También se observa la “discordancia” (30 Ma) entre el granito y la Formación San Roque (rojiza e inclinada) y entre esta y el manto de loess (2 Ma). Dentro de la F. San Roque y cerca del cauce del río hay una cueva de poca profundidad. En la parte superior de las barrancas con loess, cerca de la superficie se pueden encontrar un suelo con muy poca evolución.
Por otra parte, se trata de un sitio excepcional ya que no
sólo revela la secuencia en la que se formaron las rocas, sino que se pueden
interpretar los procesos que las deformaron.
Estos procesos consistieron en el ascenso tectónico de la Sierra de San
Luis con la consiguiente deformación e inclinación de los estratos y otra
deformación consistente en una fractura (falla directa) que ha desplazado los
estratos después que fueron inclinados (fig 6).
Se considera que este Geositio posee los atributos necesarios para que sea promovido como Patrimonio Geológico Puntano. De este modo, todo el predio podría ser objeto del cuidado correspondiente y el diseño y construcción de accesos y cartelería para su incorporación a la cultura de nuestra provincia.
Fig 6. Salto de la Salamanca |
Se considera que este Geositio posee los atributos necesarios para que sea promovido como Patrimonio Geológico Puntano. De este modo, todo el predio podría ser objeto del cuidado correspondiente y el diseño y construcción de accesos y cartelería para su incorporación a la cultura de nuestra provincia.