martes, 23 de abril de 2019


EL SENTIDO POLÍTICO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA TIERRA -2019-


EL SENTIDO POLÍTICO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA TIERRA
Héctor Luis Lacreu

Tengo la impresión que el Día Internacional de la Madre Tierra, no recibe la debida atención de parte de los actores políticos y sociales de la provincia, ni de las universidades locales. Los problemas sociales derivados del cambio climático, del extractivismo que depreda enormes superficies de tierra y contamina la atmósfera, los suelos y las aguas, no parecen ser motivos de atención especial en este día. 
Entonces, se hace necesario recordar que el Día de la Tierra se conmemora desde el 22 de abril de 1970, fecha en que su inspirador, el senador Nelson Gaylord, declaró que “La batalla para restaurar una relación adecuada entre el hombre y su entorno, entre el hombre y otras criaturas vivientes, requerirá un compromiso político, moral, ético y financiero prolongado, sostenido, mucho más allá de cualquier esfuerzo realizado anteriormente".
Por otra parte conviene tener en cuenta  el blog de las Naciones Unidas , donde se señala que  los días internacionales sirven para “Sensibilizar, concienciar, llamar la atención, señalar que existe un problema sin resolver, un asunto importante y pendiente en las sociedades para que, a través de esa sensibilización, los gobiernos y los estados actúen y tomen medidas o para que los ciudadanos así lo exijan a sus representantes
Conforme a los conceptos señalados en los párrafos anteriores, se destaca que la conmemoración de este día, debería tener un contenido político, orientado a reflexionar, caracterizar y denunciar públicamente los problemas causados tanto por el consumismo y la expoliación de los recursos de la Tierra, como por la falta de atención para mitigar las amenazas geológicas.
Estos señalamientos políticos, deberían surgir de actividades y encuentros de reflexión organizados en los ámbitos escolares y universitarios. Sin embargo, parecería que en esas instituciones la formación ciudadana es sólo declamativa y no se perciben acciones ni indicadores que muestren que el sistema educativo esté realmente preocupado, y ocupado por la formación de sujetos políticos, tal como se indican en las normas educativas de la Argentina.
Así, no parece existir interés en la socialización y reflexión sobre temas tales como la minería del Litio en San Francisco, el embancamiento del dique La Estrechura, la extracción áridos en los ríos puntanos, la calidad del agua en las grandes ciudades, el uso de los suelos, el tratamiento de los efluentes cloacales, los derrumbes en caminos de montaña, las inundaciones, etc. Se podría pensar que esos temas sólo se abordan cuando aparecen los problemas y en su solución, sólo deben intervenir los profesionales y técnicos, mientras los ciudadanos son meros espectadores. De este modo, no parece que se cumpla con el objetivo de concienciar a la sociedad e interpelar a los actores políticos.
Lamentablemente, el Día de la Tierra suele ser “celebrado” erróneamente con actividades de cuidado medioambiental traducidas en la plantación de árboles o en actividades como las desarrolladas en 2018 por el Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción de San Luis. En esa oportunidad se organizó una celebración del  Día de la Tierra como una jornada ambiental, bajo el lema “Vos pedaleás, la Tierra respira”. Y se señaló que buscaba promover una actividad saludable y amigable con el medio ambiente.
Las actividades saludables, las tareas de reciclaje, selección de basura, la forestación e incluso las prácticas para evitar el derroche de agua y electricidad son acciones que no son reprochables en sí mismas, pero si lo es el mensaje subliminal de que así se resolverán o se evitarán los problemas ambientales.
Se trata entonces de un mensaje engañoso, porque elude poner el eje de la discusión en las causas políticas y económicas y crean la ilusión de que las practicas individuales lograrán evitar o revertir las dramáticas consecuencias del cambio climático.
Opino que algunas acciones “poco comprometidas”, podrían funcionar en los primeros niveles escolares, pero resultan banales y distractivas en los niveles superiores y en la universidad. En efecto, son escasamente pertinentes con los objetivos del Día de la Tierra y no promueven ninguna reflexión sobre la caracterización de los problemas ambientales y de sus verdaderas causas.

22 de abril de 2019


           

VISIÓN GEOLÓGICA DEL DÍA DE LA TIERRA -2018-


VISIÓN GEOLÓGICA DEL DÍA DE LA TIERRA

El 22 de abril de cada año, se celebra el Día Internacional de la Tierra y el sentido que se invoca usualmente, es el de promover valores y actitudes para el cuidado del planeta. Sin embargo, considero que más que cuidar al planeta debemos cuidar al medio ambiente.  
En esta oportunidad quiero sumarme a esta celebración compartiendo algunas reflexiones con el objeto de profundizar algunos aspectos políticos que suelen quedar ocultos. Por un lado, aludiré a la naturaleza profundamente política y humanista de la creación del Día de la Tierra y por otro lado, sugeriré la necesidad de una mayor alfabetización geológica para que cada ciudadano pueda conocer la historia profunda del paisaje que habita, de su lugar en la Tierra.
 En relación con el origen del Día de la Tierra, cabe señalar que fue algo más que la ocurrencia de un señor que amaba a la naturaleza. Recordemos que en la década del ´60 durante la llamada guerra de Vietnam, EEUU utilizó armas químicas como el Napalm para incendiar las selvas donde se refugiaba el pueblo y los guerrilleros que defendían su patria. Estos poderosos agentes químicos incendiaban no solo las selvas sino todos los seres vivos que en ella habitaban, incluyendo las personas. Las atrocidades inhumanas y la difusión de desgarradores relatos e imágenes provocaron un rechazo mundial a las agresiones contra seres humanos, contra las libertades, contra los derechos humanos y contra la naturaleza y desde 1964 lograron sensibilizar movilizar a todo el mundo.
En ese marco político, el senador norteamericano Nelson Gaylord, se inspiró en las estrategias de las movilizaciones contra la “guerra de Vietnam”, propuso la creación del Día de la Tierra, y el día 22 de abril de 1970 publicó los fundamentos en los diarios e invitó a 50 gobernadores estadounidenses que lo apoyaran. Como resultado, en esa semana se movilizaron más de 20 millones de personas que participaron en actividades educativas y eventos comunitarios.
En la ceremonia del primer Día de la Tierra en la Universidad de Wisconsin, el Senador Nelson declaró: “Nuestro objetivo es un ambiente de decencia, calidad y respeto mutuo para todas las demás criaturas humanas y para todas las criaturas vivientes. La batalla para restaurar una relación adecuada entre el hombre y su entorno, entre el hombre y otras criaturas vivientes, requerirá un compromiso político, moral, ético y financiero prolongado, sostenido, mucho más allá de cualquier esfuerzo realizado anteriormente".
Podemos leer en los diarios de todo el mundo que aún siguen vigentes las razones que hace casi 50 años promovieron la creación del Día de la Tierra y que su conmemoración debe involucrar un fuerte llamado de atención para que los ciudadanos comunes actuemos en “defensa propia”. 
Me refiero a que el planeta no necesita que lo defienda nadie, los cambios que el hombre provoca, y el hombre mismo, serán invisibles en pocos millones de años. Mientras estemos habitando este planeta, lo que necesitamos defender es el derecho de la humanidad a poder gozar y utilizar los recursos y cuidarnos de los riesgos naturales.
El párrafo anterior no pretende ser alarmista, sino que intenta persuadir a los lectores para que se interesen por conocer la historia de la Tierra, porque será el único modo de prevenir daños futuros. En efecto, este conocimiento nos muestra que, durante millones de años, en el planeta hubo cambios de gran envergadura como son la ruptura y unión de continentes, la aparición y desaparición de majestuosas cordilleras y volcanes, la migración de los océanos, inundaciones y sequías y, por supuesto, la extinción de varias especies. Además, la historia nos permite comprender que esos procesos, aunque imperceptibles, aún se mantienen activos y que habrán de continuar por varios millones de años más.
 La reconstrucción de la historia de la Tierra, sólo es posible mediante las herramientas que ofrece la Geología y cuyos aspectos fundamentales, son accesibles al público en general pero lamentablemente están ausentes de la cultura de los ciudadanos.  Las razones de esta ausencia son múltiples, pero, mirando hacia adelante, podemos asegurar que tanto los docentes como los alumnos familiares y amigos, con un mínimo esfuerzo serán capaces de reconstruir la historia del paisaje que nos rodea en San Luis o en cualquier parte del mundo.
Dichas herramientas son las nociones elementales del tiempo geológico y el significado geológico-histórico de las rocas en cuanto a los procesos y condiciones en que se formaron. Sin embargo, la orientación de la enseñanza de la geología en la educación primaria y secundaria, lamentablemente se ha orientado a la clasificación de sistemática de minerales y rocas, a la repetición memorística de las Eras geológicas o las geoformas del paisaje.  De este modo, esos y otros contenidos carecen de significado tanto para los alumnos como para los docentes. Así, lamentablemente se pierde la oportunidad de dotarlos de un sentido histórico que permita conocer la historia geológica del paisaje del río San Luis, del Potrero de los Funes, de Juana Koslay y de todos y cada uno de los parajes de San Luis y del mundo.

Dr. Héctor Luis Lacreu

Proyecto COPLA - UNSL


http://www.periodistasenlared.info/abril18-23/nota7.html