La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 11 de diciembre como el “Día internacional de las Montañas” para sensibilizar sobre la importancia que las montañas tienen para la vida, para destacar las oportunidades y los límites en el desarrollo de las montañas
A partir de 2003 cada año se conmemora con un tema relacionado con las montañas y en 2022 el tema es "Las mujeres mueven montañas", considerando que es una oportunidad para promover la igualdad de género y, por tanto, contribuir a mejorar la justicia social, los medios de vida y la resiliencia.En esta oportunidad quiero señalar que, así como las mujeres gestan en su vientre la descendencia humana, las montañas aportan rocas y minerales que permiten a la humanidad construir sus albergues y fabricar artefactos que mejoren la calidad de vida. Sin embargo, desde hace tiempo se advierte que la codicia y la omnipotencia ha generado un modelo de desarrollo insustentable que sólo beneficia a unos pocos y arruina la vida de las mayorías. De este modo, se puede establecer cierta correspondencia en la infra valoración que hace la sociedad patriarcal global respecto del dominio y sometimiento tanto de las mujeres como de la Pachamama, apropiándose de sus frutos sin equidad ni responsabilidad social.
Sin embargo, además de rocas y minerales las montañas también guardan agua en sus entrañas, contribuyendo de manera fundamental a la vida de la humanidad. Esto ha quedado en evidencia en estos momentos que la escasez de agua genera angustias y provoca demandas de soluciones inmediatas difíciles de resolver y que intentaré justificar a continuación.
Podemos decir que como fruto del Calentamiento Global, se han intensificado la duración de las sequías y una drástica disminución de las reservas de agua debido a la falta de lluvias, al escaso aporte de los deshielos y al manejo insustentable del agua como “bien natural” no renovable. Las mayores reservas de agua dulce en el Planeta (69%) están localizadas en las masas de hielo de los polos, en los glaciares de las grandes cordilleras y en menor proporción (30%) existe como agua subterránea.En esta ocasión, debo mencionar que las montañas cumplen un rol fundamental en el ciclo del agua porque no sólo albergan hielos en sus cumbres, sino que el agua de su fusión, además de circular por los ríos, también se filtra hacia el interior de las montañas y circula dentro de ellas pero con menos velocidad, según sea la porosidad de sus rocas. Esta característica hace que las montañas actúen como una “esponja” por donde el agua circula lentamente y cada tanto emerge a la superficie aportando a los ríos o bien alimentando las aguas subterráneas en las zonas de llanuras. Este es el motivo por el cual se mantiene el agua en ríos, lagos y acuíferos, durante los períodos sin lluvias.
Por otra parte, cuando transcurren tiempos muy prolongados sin precipitaciones, no se renuevan las reservas de agua de las montañas y se reducen sus aportes al sistema hídrico. Bajo estas condiciones, aunque llueva, no se puede revertir rápidamente la falta de agua debido a la lentitud con la que se mueve el agua entre las rocas. Además, hay que recordar que cada vez hay menos agua proveniente del deshielo porque el cambio climático sigue provocado el retroceso o desaparición de varios de los glaciares existentes en la Cordillera de los Andes a principios de este siglo XXI.
Luego de compartir estas reflexiones sobre las Montañas les dejo unos podcasts que complementan esas ideas tratando de mostrar que así como la Pachamama tiene su historia, las montañas tienen la suya:
AUDIOS CORTOS (2¨) “La Cordillera de San Luis” “La edad de las Montañas”
11 de diciembre de 2022